El burnout, o síndrome de desgaste profesional, es una realidad que afecta a la productividad y el bienestar de los empleados. En un mundo laboral cada vez más exigente, las empresas tienen la responsabilidad y la oportunidad de implementar políticas proactivas que promuevan la salud mental y prevengan este agotamiento.

De acuerdo con la última edición de nuestro estudio Randstad Workmonitor, el 58% del talento encuestado en México afirmó que dejaría un trabajo en caso de considerarlo tóxico y que este afecte su salud mental. Esta cifra nos muestra un ejemplo de lo que los colaboradores buscan de un empleador y en donde, como tomadores de decisiones en el ámbito de los recursos humanos, debemos invertir y prestar mayor atención. 

Tomando estos datos como base, te compartimos algunas políticas que puedes implementar en tu organización para retener al mejor talento y reducir tu rotación de personal.

dos colaboradores platicando en la oficina.
dos colaboradores platicando en la oficina.

1. Fomentar el bienestar y la desconexión

El trabajo flexible es una de las herramientas más poderosas. Ofrecer horarios flexibles o la opción de trabajo híbrido/remoto permite a los empleados gestionar mejor su tiempo y vida personal. Esto no solo reduce el estrés de los traslados, sino que también les da un mayor control sobre su día a día. 

Es crucial, además, establecer una cultura de desconexión digital. Las empresas deben promover el respeto al tiempo personal de los empleados fuera del horario laboral, desincentivando la comunicación constante a través de correos electrónicos o mensajes.

2. Gestionar la carga de trabajo y el desarrollo Profesional

Una carga de trabajo excesiva y mal distribuida es la causa principal del burnout. Las empresas pueden implementar políticas de gestión de proyectos que aseguren que las tareas se distribuyan equitativamente y que los plazos sean realistas. Es importante que los líderes monitoreen a sus equipos para detectar signos de sobrecarga a tiempo.

El desarrollo profesional también juega un papel crucial. Ofrecer oportunidades de capacitación y crecimiento no sólo motiva a los empleados, sino que también les da las herramientas para manejar nuevas responsabilidades sin sentirse abrumados. Esto demuestra que la empresa invierte en su talento a largo plazo.

3. Promover una cultura de apoyo

El apoyo no debe ser solo de palabra. Las empresas pueden implementar programas de apoyo a la salud mental, como el acceso a terapia o sesiones de mindfulness. Un ambiente laboral positivo, donde el reconocimiento y la retroalimentación constructiva son la norma, reduce la ansiedad y el estrés.

Los líderes de equipo deben estar capacitados para reconocer las señales de burnout en sus colaboradores y para fomentar una comunicación abierta y honesta. Un líder empático y accesible puede marcar una gran diferencia en la percepción del empleado sobre su seguridad psicológica en el trabajo.

Implementar estas políticas no es solo una buena práctica de recursos humanos, es una estrategia inteligente de negocio. Una fuerza laboral sana, comprometida y con menos riesgo de burnout es, a la larga, más productiva y leal.

En Randstad México nos ocupamos de cuidar el bienestar de nuestros colaboradores, lo que nos permite tener el expertise para compartir estas buenas prácticas con nuestros clientes y apoyarlos a definir estrategias de talento humano.

¿en busca de un proveedor de HR?

contáctanos.