Hace unos años el término de “soft skills'' o “habilidades blandas”, no estaba presente en la mente de los docentes ni de los estudiantes, pues todo el aprendizaje se basaba en conocimientos específicos y técnicos. Y pasaba lo mismo a la hora del reclutamiento; los consultores buscaban candidatos que conocieran los procesos y la parte teórica, pero pocas veces se evaluaban las aptitudes y habilidades. Entonces, ¿En qué momento aparecen o se empieza a mencionar el tan ya conocido concepto de “soft skills”?
De acuerdo con Deepa Sheti y Manisha Seth, dos profesoras de la India, definen a las soft skills como “un término paraguas, que cubre varias habilidades de supervivencia, como habilidades de comunicación e interpersonales, inteligencia emocional, cualidades de liderazgo, habilidades de equipo, habilidades de negociación, manejo del tiempo y del estrés, y conocimiento de las pautas formales del mundo de los negocios”.
Cada vez el mercado laboral es más competitivo y con ello ha traído un sin fin de nuevos filtros que los reclutadores deben aplicar para seleccionar al mejor talento; fue en el siglo XXI donde numerosos estudios mostraron que evaluar las habilidades informales o blandas eran fundamentales para contribuir al éxito empresarial y que era “el valor agregado” que podía tener un candidato para poder destacar dentro de la organización. Fue entonces cuando se volvió un requisito para los empleadores a la hora de seleccionar al talento adecuado y cada vez las entrevistas se inclinaban más a no solo a evaluar la parte técnica, sino también las habilidades blandas que tiene un postulante, como por ejemplo la proactividad, el trabajo en equipo, comunicación efectiva, liderazgo, adaptabilidad, entre muchas otras que hoy son primordiales para destacar laboralmente.
En Randstad queremos compartirte algunas recomendaciones para potenciar y desarrollar las soft skills en los colaboradores de tu compañía:
1. Programar actividades formativas
Como bien es sabido, las habilidades blandas no se pueden aprender, más bien hay que desarrollarlas y fortalecerlas a través de dinámicas o ejercicios que promuevan el uso diario. Esto permite darle la oportunidad a los colaboradores de salir de su zona de confort y del marco estricto de su posición para motivarlos positivamente.
2. Cultura en pro de las soft skills
Es importante que desde la Dirección y la parte más alta del organigrama radiquen con el ejemplo y fomenten a los colaboradores a participar en el desarrollo de estas habilidades.
Supongamos que buscamos impulsar y desarrollar el liderazgo en nuestro equipo de trabajo; como líderes se deben buscar capacitaciones o herramientas que permitan compartir el conocimiento adquirido con los colaboradores.
3. Establecer objetivos
De la misma manera que se fijan objetivos para medir la productividad o la eficiencia de un colaborador podemos hacerlo con el tema de las habilidades blandas. Es importante considerar que más que medirlo con KPI’s, se deben establecer y asignar al equipo de trabajo actividades mensuales, quincenales o semanales (según le cause un efecto positivo al colaborador y a la compañía) que permitan el desarrollo del liderazgo, la comunicación efectiva, la productividad, la innovación, entre otras habilidades blandas. Para finalmente compartirles feedback de su desempeño y tengan un punto de referencia.
Al ser expertos en conectar al mejor talento con las organizaciones, buscamos que aquellos candidatos que seleccionamos presenten en su perfil estas soft skills, ya que hoy en día esto será un indicador para que puedas alcanzar tus objetivos y lleves al éxito a tu equipo de trabajo.